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teatro y guiones de teleseries

Transcurridos alrededor de veinte años desde el estreno de sus dos piezas teatrales en el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica, en 1951 y 1952, María Elena Gertner presentó en 1974 una nueva pieza dramática titulada Un juego de salón, adaptación teatral del cuento de su autoría incluido en la antología Cuentos de la generación del 50 (1959) de Enrique Lafourcade.

Después de la temporada del musical Martín Rivas que había quedado trunca el año anterior, formó una nueva compañía junto a su esposo Sergio González, quien dirigió el montaje. Formaron parte del elenco los actores Roberto Parada, Eduardo Naveda, Raúl Espinoza, Marta Huneeus, Elizabeth Castignoli y Mónica Sigfrid, y la obra se presentó en la sala Talía del Teatro Cariola. Posteriormente, tuvo una temporada en la sala Cine-Arte de Viña del Mar y, por último, en Chuquicamata.

En cuanto a las telenovelas, la producción De cara al mañana, escrita por María Elena Gertner, fue transmitida en 1982 por Televisión Nacional de Chile. Es considerada la primera teleserie en mostrar el mundo adolescente de la época y poner el foco en sus conflictos. La dama del balcón, también de su autoría, fue objeto de censura en 1985, atendiendo a que aparecía una historia de nazis y judíos, tema tabú para la televisión y la sociedad chilena de la época.

Quizás el más recordado de sus guiones sea el de Marta a las Ocho, que escribió junto a Andrés Urrutia. A continuación vino el de Morir de amor, grabada en 1985, que mezcla intrigas y amor con conflictos laborales. Ambientada en Los Vilos, la trama se centra en el drama amoroso entre Ignacia y Esteban, alrededor del cual se desarrolla la historia policial y el hecho trágico de la pérdida de memoria del héroe.

Además incursionó en la cinematografía, primero como guionista del largometraje Confesión al amanecer (1954), junto a Reinaldo Lomboy y David Phillips, y luego, como actriz en la película de Helvio Soto Voto + Fusil (1971). Este filme trata la evolución política de Chile desde 1937, año del ascenso al poder por parte de Pedro Aguirre Cerda, pasando por el gobierno de Gabriel González Videla, y hasta llegar al triunfo de Salvador Allende.

Cuenta el crítico Claudio Solar, hablando del histrionismo de esta escritora y actriz, que cada vez que María Elena Gertner llegaba a una ciudad con su compañía, decía al público desde el escenario: "'Yo quiero que comprendan la tremenda emoción que siento al tocar otra vez esta tierra querida. Porque yo nací en esta ciudad, soy su hija' [...] Y ¿cómo no asistir en masa a la función de una 'hija ilustre'?" ("Hijos ilustres", La Estrella (Valparaíso), 18 de noviembre, 1981, p.4).