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Maldita yo entre las mujeres

Después de dieciocho años de su última publicación, Mercedes Valdivieso escribió Maldita yo entre las mujeres, novela inspirada en la vida y leyenda de Catalina Ríos y Lisperguer, La Quintrala. Según la autora pasó tanto tiempo entre un libro y otro debido a que, por un lado, el trabajo en Estados Unidos era muy demandante y, por otro, los años como docente le hicieron volverse mucho más autocrítica.

Publicó este libro luego de reescribirlo cinco veces y pasar dos años investigando el siglo XVII, además de leer los documentos de Benjamín Vicuña Mackenna y la obra de Magdalena Petit. Su motivación fue la atracción que siempre sintió por el mito terrible que rodeaba la vida de La Quintrala. Asimismo, le interesó mucho la mujer que se escondía detrás de la leyenda: "en ella se resume todo lo que la mujer no puede ser. Lo que no esta permitido. Nosotros somos lo que nos impone la sociedad creada para los hombres. Ella se rebela a eso, es una mujer fuerte, que lucha con una tremenda energía interior. Luego de enviudar y perder a su hijo de diez años cuidó ella misma sus bienes, vivió sola en La Ligua. Por eso es marginada desde muy joven y ella lo sabe. Es una persona muy sensible y de una soledad infinita". (Puyol M, Andrea. "No defiendo a La Quintrala, sólo la entiendo", La Segunda, 11 de abril, 1991, p. 88)

Por esta razón, más que una reivindicación, la novela es un intento de entender a la protagonista. Maldita yo entre las mujeres, fue una reescritura de La Quintrala tanto desde la perspectiva de su personaje, como desde el mito construido en el imaginario popular. Lo fundamental en cualquier caso es la configuración de ésta como una mujer que se opuso, a su padre, a la Iglesia y al poder.

Narrado en primera persona, Maldita yo entre las mujeres, planteó una lectura de un personaje desde una nueva perspectiva. Tras su publicación, Mercedes Valdivieso señaló: "Disfruté muchísimo con este libro. Me divertí a morir, no sólo porque siempre había pensado que La Quintrala era un personaje tan interesante sino porque al investigar el tema descubrí lo fascinante que es el siglo XVII, un momento de fundación americana y de gran religiosidad". (Rivera, María Angélica. "Para conocer la realidad, nada hay mejor que la ficción", Las Últimas Noticias, 3 de abril, 1991, p. 28)