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Da. Mercedes Marín del Solar (1867)

Los principales datos biográficos, sobre su producción poética y en materia de educación, acerca de Mercedes Marín provienen del libro Da. Mercedes Marín del Solar, publicado un año después de la muerte de la autora el 21 de diciembre de 1866, por Miguel Luis Amunátegui (1828-1888). Esta biografía temprana -reproducida en 1892 en La alborada poética en Chile, del mismo autor- se organizó en cinco secciones que dieron cuenta de: las características personales de Mercedes Marín y sus méritos; su nacimiento, familia, educación y aficiones; su visión sobre la educación de las mujeres, su trabajo caritativo, su patriotismo y su religión; su trabajo como poeta; y su muerte.

Enmarcados por este relato de la vida de la autora, Amunátegui introduce cartas, poemas y fragmentos del texto inédito denominado como "plan de estudios para una niña", en el que Marín manifestó su preocupación sobre la instrucción de las mujeres pertenecientes a la elite chilena.

Respecto de su formación, en Da. Mercedes Marín del Solar se plantea que su afán de conocimiento y deseo por ilustrarse la llevó a estudiar idiomas, música e inclinarse por la literatura. A los doce años solicitó a su padre y al maestro de idiomas, Agustín Vial, que le enseñaran francés con el propósito de leer a sus autores predilectos en su lengua original: "La posesión del francés, rara entonces aun entre hombres, permitió a nuestra autora aumentar el catálogo de sus libros de lectura con las Delicias de la religión, del abate Lamourette; la Historia Antigua, de Rollin; las Veladas de la Quinta y las Cartas de la Educación de Madame de Genlis, y algunos otros" (Amunátegui, Miguel Luis. "Doña Mercedes Marín del Solar". La alborada poética en Chile: después del 18 de septiembre de 1810. Santiago: Imprenta Nacional, 1892, p. 503-504).

También se enfatiza en la influencia que recibió de Mercedes Guerra, con quién vivió hasta los 16 años, siendo "Ilevada todavía muy pequeña, con motivo de una epidemia que apareció en Santiago" (Amunátegui, p. 497). Su hogar fue un espacio en el que Mercedes Marín profundizó su relación con la lectura: "El placer que le causaron estas lecturas fue tal, que jamás pudo olvidar los títulos de los libros. Hélos aquí: Catecismo de Abat de Fleury; Compendio Histórico de la Religión, de José Pinton; Historia Romana de Lorenzo Echard, las obras del padre Juan Eusebio Nieremberg, e Historia de la Misión de San Francisco Javier, que despertó en ella el espíritu de observación y el gusto por las flores e insectos" (Amunátegui, p. 502).

Según Amunátegui, sus primeras manifestaciones literarias fueron composiciones poéticas que escribió a los 14 años: un soneto para una amiga a la que no pudo despedir en su partida y unos versos inspirados en la Independencia de Chile. Respecto a su afición por la lectura, Mercedes Guerra señaló: "No solo leía y releía diversos libros, sino que exponía sus ideas con gran lucimiento. Explicaba el contenido de ellas, me ha dicho su hermano el señor don Ventura Marín, hablándome sobre este particular, con tanta inteligencia, que las personas a cuyas súplicas solía hacerlo no se cansaban de oírla. Yo era una de ellas" (Miguel Luis Amunátegui, p. 503).