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Modelo Norteamericano

Todas las escuelas que existieron en Chile desde 1902 en adelante, se inspiraron en el modelo inglés y norteamericano, países donde surgió la profesionalización de la enfermería. Por esto es posible encontrar diferentes publicaciones que describen el sistema norteamericano en el período germinal de las escuelas en Chile, a manera de recomendación para su organización. El sistema de enfermería que sentó firme sus bases en 1942, tuvo como precedente el plan sanitario diseñado por el norteamericano John Long, especialista contratado por el gobierno chileno para elaborar el Código Sanitario publicado en 1919. La práctica de su propuesta requería de enfermeras sanitarias, profesión que no existía en Chile. Esta situación determinó la creación de la Escuela de Enfermeras Sanitarias en 1927. Sin embargo, fue en 1942 cuando el modelo norteamericano se asentó, producto de los acuerdos de cooperación dirigidos a este fin que firmaron la estadounidense Fundación Rockefeller con el gobierno chileno. Pronto otros organismos internacionales se sumaron al objetivo de consolidar la transferencia del modelo de enfermería sanitario norteamericano, líder en el mundo y moderno por excelencia. El apoyo internacional se concretó mediante varias estrategias, una de ellas fue otorgar becas a profesionales de la salud chilenos, en gran número enfermeras, para que estudiaran postgrados en Estados Unidos y Canadá sobre educación y administración sanitaria. El objetivo de este aporte era que a su regreso a Chile las beneficiadas transmitieran su experiencia en calidad de docentes en las Escuelas de Enfermerías o implementándola en los servicios públicos, donde asumirían cargos directivos. Otra forma en que el personal chileno iba adoptando el modelo fue a través del entrenamiento que recibieron por parte de enfermeras extranjeras. Por último, se auspició la instalación de "Unidades Sanitarias", centros de salud ambulatorios que se planteaban como servicios de medicina preventiva, destinados a atender a una población de un territorio determinado. Las Unidades Sanitarias encarnaban la propuesta norteamericana, y en ellas se ponía en juego el papel de la enfermera sanitaria. La prevención mediante la educación de la comunidad era primordial. Uno de los ejes más importantes de estos centros era el materno-infantil, ocupados en ese entonces por disminuir la alta tasa de mortalidad infantil a través de la atención prenatal, la enseñanza de puericultura y el control periódico de lactantes y pre-escolares. Otros de sus ejes eran la educación en higiene personal y ambiental, la alimentación nutritiva, y la prevención de enfermedades infecciosas, como la tuberculosis y la viruela. Cabe agregar que el programa de cooperación internacional incluyó aportes para el saneamiento urbano, es decir, alcantarillado y agua potable, lo cual fue esencial para obtener resultados positivos en la salud de las comunidades.