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Belleza

La apariencia era un asunto muy importante para las mujeres de elite, más aún en un contexto de intensa vida social en los albores del siglo XX. Por eso, no sólo el acceso a la moda europea figuraba entre sus preocupaciones estéticas, sino también el esmerado cuidado del cuerpo. Para realzar y conservar la belleza, existían numerosos métodos de fabricación casera que se preparaban con productos naturales y otros obtenidos en boticas. Publicaciones femeninas como la revista Familia, ofrecían consejos y recetas destinadas a embellecer el rostro, las manos y el cabello.

La actividad física era igualmente considerada para un óptimo estado corporal. Las revistas femeninas también eran parte de esta nueva preocupación; algunos ejercicios eran ilustrados para que las lectoras los hicieran en sus hogares. Como en ocasiones la gimnasia no era una estrategia suficiente para amoldar el cuerpo a los estándares de belleza, el corsé - prenda interior que ajustaba la cintura y levantaba los senos - era una alternativa frecuentemente recomendada.

Perfumarse constituía otro componente de la estética femenina; el agua de rosas era una de las colonias más sugeridas.

En la época se introdujeron en el mercado nuevos artículos cosméticos, por ejmplo, la Crema de Oro y los Pilules Orientales, pastillas para desarrollar y fortificar el busto.