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Trabajo femenino

Las páginas de La Mujer Nueva acogieron diversos artículos que reconocieron y documentaron las deterioradas condiciones laborales en que trabajaban cientos de mujeres urbanas, especialmente en Santiago. En ellos se recomendaba a obreras y empleadas administrativas de la década de 1930 que se organizaran para obtener la equidad salarial respecto de los hombres. Tampoco las empleadas domésticas fueron olvidadas: un par de crónicas se refieren a las humillantes situaciones en que muchas de ellas prestaban servicios en los hogares capitalinos. No obstante, la mayoría de los artículos que aparecieron en el periódico cumplieron la tarea de sensibilizar con respecto a la existencia de las trabajadoras urbanas, las obreras y de la misión que le correspondía al Estado en el resguardo de las disposiciones que las protegían.