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Nuevos territorios

La incorporación del denominado Norte Grande a la soberanía chilena significó aumentar el territorio nacional en 185.084 kilómetros cuadrados, otorgando a Chile su fisonomía actual. El desierto y el altiplano es especialmente rico en salitre, cobre, oro y plata, entre otros minerales, así como en recursos pesqueros en las zonas costeras.

Según la Geografía descriptiva de la República de Chile de Enrique Espinosa, hacia 1897 el Norte Grande se dividía administrativamente en tres provincias: Tacna y Arica, Tarapacá y Antofagasta. La provincia de Tacna y Arica se creó el 31 de octubre de 1884 y contaba con una población mayoritariamente peruana de 24.160 habitantes. Estaba conformada por los departamentos de Tacna y Arica, y sus ciudades más importantes eran aquellas del mismo nombre, más algunos pueblos pequeños en los valles y el altiplano. La provincia de Tarapacá, creada en la misma fecha que la anterior, tenía 89.751 habitantes, la mayoría también de origen peruano. Estaba dividida en los departamentos de Pisagua y Tarapacá. Su principal ciudad es Iquique, seguida por el puerto de Pisagua y las caletas de Junín y Caleta Buena, más los pueblos de la pampa salitrera como Huara, Pica, Pozo Almonte y Matilla.

Tras la Guerra del Pacífico se agregó medio centenar de oficinas salitreras con sus campamentos mineros, más una importante red de caminos y ferrocarriles salitreros.

La provincia de Antofagasta, en tanto, se creó el 12 de julio de 1888, y estaba dividida en tres departamentos: Tocopilla, Antofagasta y Taltal. Su población, mayoritariamente de origen chileno, alcanzaba a los 44.085 habitantes en el momento de su incorporación, siendo sus ciudades principales Antofagasta, Tocopilla, Taltal, Cobija y Mejillones. Además destacaban como pueblos interiores Calama y Sierra Gorda, más un número considerable de oficinas salitreras, con sus respectivas redes de caminos y ferrocarriles para llevar el salitre a los puertos.