Oreste Plath tuvo gran interés por los relatos orales, especialmente por las leyendas y mitos, por ello es que se dedicó a recopilar las historias que escuchaba en su andar por Chile. Maravillado con la diversidad encontrada en las regiones, se dio cuenta que la imaginación popular coloreaba la realidad dependiendo de su contexto geográfico.

Con el objetivo de difundir lo escuchado en sus viajes, publicó Geografía del mito y la leyenda chilenos, donde integró leyendas de provincia de Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Aconcagua, Valparaíso, Isla de Pascua, Santiago, O' Higgins, Colchagua, Curicó, Talca, Maule, Linares, Ñuble, Concepción, Arauco, Bío-Bío, Malleco, Cautín, Valdivia, Osorno, Llanquihue, Araucanía, Chiloé, Aisén, Magallanes, Fueginos y Antártida. Gran cantidad del material que allí aparece fue recogido por el autor hablando con lugareños, otras versiones fueron entregadas por escritores y otras fueron tomadas de publicaciones.

Además de este libro, Plath publicó otros relacionados con este tema: Chiloé mundo fantástico (1995) y Leyendas regionales: VIII Región (1995).