Los límites urbanos definidos para 1888, seguían siendo aquellos de la época de la repoblación y de la colonización alemana. De oriente a poniente, es decir de la calle Colón hasta la calle Castillo, la ciudad tenía una extensión longitudinal de 1 kilómetro 625 metros, o sea 13 cuadras y de norte a sur desde la calle Damas hasta la calle Pinuer, alcanzaba una amplitud de 750 metros, cubriendo la población un área total de 1.218.750 metros cuadrados. El movimiento comercial se ubicaba en la calle Letelier. Al final de ésta, al poniente de la ciudad, existían, junto al río Rahue, dos bodegas públicas y un muelle donde se realizaba el tráfico fluvial. En el sector norte, en los márgenes del río Damas se localizaban las industrias alemanas, curtiembres y destilerías de cerveza y aguardiente, entre otras. La Plaza de Armas formaba un verdadero parque con numerosos árboles de adorno diseminados en cuadrados simétricamente delineados, como cipreses, maitenes, pinos, araucarias y otros. Se hallaba provisto de varios faroles de alumbrado y escaños de madera, cerrando sus avenidas y callejuelas con rejas de madera pintada. Otro adorno de la plaza que merece ser mencionado era un espléndido reloj, cuya esfera estaba colocada en la torre que se alza en el Instituto Alemán, al costado norte de la Plaza de Armas. Las calles centrales adyacentes a la plaza estaban adoquinadas con material extraído del lugar Los Riscos y las aceras se encontraban pavimentadas con vistosas baldosas fabricadas en la misma ciudad.