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Navegantes europeos

El descubrimiento de Rapa Nui a los ojos europeos, siempre estuvo rodeado de un halo de misterio. Se dice que por el año 1606, la expedición de Pedro Fernández Quiroz, buscando la Isla de Santa Cruz, habría recalado en Pascua. Las notas de su diario acerca de la flora, fauna y habitantes del lugar, habrían confirmado su paso por la isla. Por otra parte, en 1687, el pirata inglés Edward Davis que merodeaba por las costas del Pacífico, fue arrastrado por los vientos hacia una tierra incógnita a la altura de Copiapó. Más tarde se sabría que el inglés había estado en la isla. Apoyados en el hallazgo de Quiroz y Davis, los cosmógrafos de la época alimentaron la leyenda de la existencia de un continente que, supuestamente, sería el contrapeso territorial de Asia y Europa. Muchos aventureros se lanzaron al Pacífico en la búsqueda de aquella tierra misteriosa, la llamada "Terra Australis Incognita".

El sueño de los navegantes llegaría a su fin un día en que se celebraba Pascua de Resurrección. Aquel día del año 1722, el navegante holandés Jacob Roggeveen, descubrió la mítica "Tierra de Davis" y en honor a esa fecha religiosa, bautizó su hallazgo como "Paash-Eilandt", que en español significa "Isla de Pascua". Años después, en 1770, los españoles, al mando del capitán de fragata Felipe González Haedo, tomaron posesión de la isla, a la cual llamaron "San Carlos" en honor al Rey Carlos III de España. Cuatro años después arribó a ella el capitán inglés James Cook, quien junto a los naturalistas Förster (padre e hijo), llevó a cabo valiosos estudios sobre la naturaleza y sus habitantes. Además, realizó un nuevo mapa y un destacado registro gráfico a cargo del pintor Hodges. En honor suyo fue bautizada la bahía de Hanga Roa como Bahía de Cook. En 1786, arribó a Pascua el Conde de La Perousse, quien introdujo las primeras plantas y animales, con la intención de mejorar las condiciones de vida de los isleños y también trazó un mapa del territorio.