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Kurt Jooss

Principal exponente de la danza expresionista e impulsor de los principios de la danza teatro (Tanztheater), el coreógrafo alemán Kurt Jooss (1901-1979) comenzó a desarrollar su trabajo después de la Primera Guerra Mundial, en medio de la renovación de las artes de su país. Su formación en München con el teórico de la danza y coreógrafo Rudolf von Laban, creador del sistema de notación kinético que lleva su nombre, entregó a Jooss las herramientas para indagar en los fundamentos y el sentido del movimiento expresivo. Aunque su labor creativa la comenzó como director del Teatro Municipal de Münster, fue en la ciudad de Essen donde fundó la Escuela Folkwang, que sería la cuna de una nueva corriente de las artes escénicas.

Jooss alcanzó notoriedad en 1932 cuando obtuvo el primer lugar en el Congreso Internacional de la Danza de París con La mesa verde, una coreografía de gran originalidad que formulaba una severa crítica al funcionamiento de la Liga de las Naciones. Junto con consagrarlo como un director con un discurso político -algo inusual hasta entonces en la danza-, su propuesta evidenció las características que habrían de tener sus futuras creaciones: uso de recursos teatrales, predominio de interpretaciones dramáticas, empleo de cortinas negras en lugar de escenografías para resaltar el movimiento de los bailarines y temáticas inspiradas en la contingencia.

La compañía de Jooss llegó a reunir a los mejores bailarines europeos de la década del treinta, a quienes seleccionaba en concurridas audiciones.

La Segunda Guerra Mundial empujó al coreógrafo a establecerse en Londres y a viajar a Sudamérica junto a algunos miembros del grupo.

En Chile el Ballet Jooss debutó en el Teatro Municipal de Santiago, en la temporada de invierno del año 1940, que también contó con la presencia del American Ballet. El estilo de Jooss despertó inmediato interés entre los jóvenes chilenos, muchos de los cuales definieron su vocación tras presenciar La mesa verde. En virtud de la positiva acogida y de la invitación extendida por el Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile, tres de los integrantes de la compañía, Ernst Uthoff, Lola Botka y Rudolf Pescht, resolvieron quedarse en Santiago para fundar la Escuela de Danza de esta casa de estudios y el Ballet Nacional Chileno (BANCH).

Jooss volvió a Chile en 1948 y montó nuevamente con el BANCH la mayor parte de sus creaciones: La Gran Ciudad, Baile en la antigua Viena, La mesa verde y Pavana. Además, creó especialmente para la compañía el espectáculo Juventud.

Patricio Bunster cumplió una destacada participación en la serie (llegó a encarnar a la Muerte en La mesa verde), lo que le valió ser escogido por el director alemán para completar formación en su compañía, que había reabierto sede en Essen. Esta permaneció allí hasta el año 1953, fecha en que Jooss disolvió su escuela y colectivo de bailarines.