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refugiados judíos

En 1933 comenzó la inmigración a Chile de judíos de Europa Central que huían de la persecución nazi. Hasta 1938, el gobierno chileno aceptaba un número determinado de familias como refugiados, sin embargo, el presidente Pedro Aguirre Cerda eliminó estas restricciones, lo que generó un gran flujo de inmigración judía.

En diciembre de 1939, se denunció en el Congreso que algunos funcionarios de la cancillería estaban involucrados en el cobro ilegal de dinero a cambio de agilizar los trámites de internación, escándalo que llevó al ministro de Relaciones Exteriores Abraham Ortega Aguayo, uno de los principales impulsores de la nueva política de puertas abiertas, a renunciar el 20 de febrero de 1941, año en el que se prohibió la entrada de personas judías al país hasta 1945.