La Asociación Nacional de Compositores de Chile (ANC) fue fundada el año 1936 como respuesta al llamado que los compositores Domingo Santa Cruz y Armando Carvajal hicieran en ese momento, advirtiendo que "era urgente formar la auténtica entidad de compositores chilenos que, con autoridad y prestigio, actuara en nombre de ellos y los representara tanto en el país como en el extranjero". Con ese fin, el 6 de agosto de 1936 convocaron a una reunión en las dependencias del Conservatorio de Música, a la cual asistió un grupo importante decompositores chilenos. De este encuentro salió constituida la Asociación Nacional de Compositores, a la que de inmediato adhirieron buena parte de los creadores del país. El acta de fundación data del 8 de agosto de 1936, y fue reconocida legalmente el 28 de septiembre de 1937. Los artífices de la organización fueron los compositores Pedro Humberto Allende, Domingo Santa Cruz, Carlos Isamitt, Alfonso Leng, Próspero Bisquertt, Samuel Negrete, Jorge Urrutia, Alfonso Letelier, Armando Urzúa, René Amengual y Hector Melo.

Desde sus primeros días la Asociación contó con un amplio respaldo de músicos e instituciones del país. Su primer Directorio estuvo constituido por Pedro Humberto Allende como presidente, Domingo Santa Cruz como secretario y Samuel Negrete como tesorero. Posteriormente, en tales cargos se han sucedido diversos nombres, cada cual con su estilo, pero todos desarrollando una activa labor en beneficio de la organización.

En su primera época, la ANC tuvo una participación clave en las innumerables tareas que dieron vida en 1940 al Instituto de Extensión Musical. Entre las acciones con las que buscaron fomentar la creación musical nacional destacan el acuerdo establecido con la Asociación Nacional de Conciertos Sinfónicos mediante el cual se determinó que todo concierto incluyera una obra perteneciente a un compositor chileno y las gestiones ante el Parlamento que permitieron, en 1937, la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Durante el Régimen Militar (1973-1989), la Asociación vivió períodos bastante críticos. No obstante, gracias al compromiso y perseverancia de algunos miembros -en especial de Ida Vivado, quien fue presidenta por cuatro períodos consecutivos (1979-1987), y de Juan Amenábar, también presidente y miembro del directorio en varias oportunidades-, la Asociación Nacional de Compositores logró salir adelante y superar esta difícil etapa.

Como entidad gremial, sus principales objetivos son procurar el acercamiento entre los compositores chilenos, estimular su producción artística por medio del mejor conocimiento y divulgación de sus obras, y contribuir al desarrollo del intercambio musical a nivel nacional e internacional, de preferencia con los países americanos.

Con el apoyo de diversas instituciones nacionales e internacionales, la asocación ha logrado concretar importantes iniciativas de fomentoa la música durante los últimos años. Entre ellas, se destacan: la actualización de archivos (microfilms y partituras); numerosos conciertos de música contemporánea chilena e internacional; mesas redondas; conciertos didácticos con participación de estudiantes y profesores de música; y, entre otras, apoyo para la realización y publicación de antologías de música instrumental y coral.

Cabe destacar que fueron fundamentalmente las gestiones realizadas por la ANC, las que impulsaron la creación del Archivo de Música de la Biblioteca Nacional que hoy resguarda y difunde parte importante del patrimonio musical nacional.