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cuadros históricos

Si bien las obras históricas de Pedro Subercaseaux mostraban un especial rigor en la recreación del acontecimiento, su principal interés recaía en los problemas de composición que planteaban esas dramáticas escenas. El artista concebía estas pinturas como "una obra de conjunto de la que el asunto no fuera sino la ocasión, el pretexto de aquel conjunto. Desgraciadamente la mayoría del público no lo entendía así" (Subercaseaux, Pedro. Memorias, p. 151).

El éxito que tuvo Pedro Subercaseaux como pintor se debió no solo a su habilidad técnica en la composición y la representación, sino también a su oportuno interés en ciertos momentos históricos de Chile: "Me atraían fuertemente dos épocas de nuestra historia: la Conquista y la Independencia, por lo que ellas representan de heroico y a la vez de pintoresco. Veía en ellas magníficas ocasiones para composiciones dramáticas de intenso movimiento y colorido" (op. cit., p. 152). Gracias al dinamismo vibrante de sus figuras y al componente de idealización clasicista heredado de su formación académica, Subercaseaux adquirió un estatus cercano al de 'pintor oficial' de la República. Su capacidad para dotar a los episodios cruciales de la historia nacional de un carácter épico le significó el encargo de numerosas obras de gran formato destinadas a importantes espacios públicos. Entre estas pinturas de temática histórica destacan: "Primera misa en Chile" y "Batalla de Maipú", ambas de 1904; "La expedición de Diego de Almagro saliendo de Cuzco" (1907); "El abrazo de Maipú" y "Batalla de Chacabuco", adquiridas en 1908 por el Gobierno Argentino y conservadas en el Museo Histórico de Buenos Aires; "Descubrimiento de Chile por Almagro"(1913), pintura que fue encargada por los presidentes del Senado, Fernando Lazcano Echaurren, y de la Cámara de Diputados, Carlos Balmaceda Saavedra, para el Salón de Honor del antiguo Congreso Nacional; y el mural "Batalla de Maipú" (1954), emplazado en el Museo del Carmen de Maipú.