Existen diferentes criterios para definir los medios de comunicación alternativa: su carácter opositor y crítico, el público al cual están dirigidos, su perspectiva de transformación democrática y su funcionamiento al margen de la lógica comercial.

La idea democratizadora de la comunicación implica reflejar de modo auténtico los procesos y prácticas sociales, revelando su verdadero carácter, lo que permite una real comunicación entre emisor y receptor, el objetivo es que este último se transforme en un sujeto activo transformador de su realidad.

Durante la dictadura fueron los medios de oposición los que intentaron recobrar para el fenómeno comunicativo a aquella parte de la sociedad chilena que se encontraba marginada del discurso oficial, creando nuevos circuitos de producción y distribución y abriendo nuevos espacios para el debate de las ideas.