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una nueva etapa

Con el retorno de la democracia, Chile emprendió una reestructuración política, social y cultural, de la que Pluma y Pincel se propuso hacer eco. Así, a partir del primer lunes de enero de 1991, la revista circuló como una publicación mensual dedicada, preferentemente, a reflexionar sobre problemas culturales, teóricos y sociales. La dirección quedó a cargo de Guido Eytel y se mantuvo al comité editorial.

En su primer editorial, el director anunciaba: "Empezamos hoy, tal como lo habíamos anunciado, una nueva etapa. No solamente el cambio de formato y periodicidad, que también tiene justificaciones, sino, muy especialmente, la intención que debe movernos en estos tiempos. Tiempos difíciles para el pensamiento, sobre todo cuando nuestra revista se sitúa claramente en una posición de izquierda [...]. Tiempos difíciles y al mismo tiempo cargados de posibilidades y desafíos. El nuestro es el de recoger una mirada, un pensamiento crítico sobre nuestra sociedad para contribuir a (re)elaborar el ideario revolucionario de nuestro país y nuestro continente".