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antologías, revistas y talleres

Las antologías de poesía jugaron un papel central en el desarrollo de la promoción de 1980, principalmente por dos motivos: en primer lugar, la posibilidad de la antología -muchas veces surgida al alero de talleres o agrupaciones informales, principalmente universitarias y poblacionales- era en sí un momento posible de reencuentro, en circunstancias de profunda desconfianza y temor; y en segundo lugar, la antología permitía dar a conocer la obra de los autores jóvenes, que muchas veces no podían correr con los costos de una auto-edición propia.

También se convirtieron en un mecanismo que permitió el contacto de las nuevas generaciones con algunos poetas de promociones anteriores que permanecían en Chile, como Enrique Lihn, y que jugaron un importante papel en la difusión de la poesía de estos años.

Asimismo, fue por medio de estas recopilaciones que se pudo reunir en un mismo volumen, es decir, a la luz de una mirada global, la producción de autores que escribían en diversos puntos territoriales, tanto dentro como fuera de Chile; en éste último caso, hubo varias antologías de poetas que se encontraban en el exilio y que de esta manera no sólo tendían un lazo de unidad hacia su tierra sino que daban a conocer su situación en los países extranjeros que los albergaban: "Una de las primeras fue Chile: poesía de la resistencia y del exilio, recogida por Omar Lara y Juan Epple; le siguieron algunas como Los poetas chilenos luchan contra el fascismo con selección y prólogo de Sergio Macías, Chile: poesía de las cárceles y del destierro, que se separa de las anteriores por su originalidad, consecuencia de su propósito: dar a conocer textos, poemas y canciones escritas por militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) o que refieren a ellos y sus acciones; y otras en diferentes países e idiomas, y de diferentes magnitudes y propósitos.

Por último, algunas publicaciones periódicas como Casa de las Américas, Europe, Literatura Chilena en el Exilio, El barco de papel y Araucaria, entre otras revistas, en distintas lenguas y latitudes, ofrecieron una plataforma de difusión a la producción poética de este período (Bianchi, Soledad. Poesía chilena. Miradas, apuntes, enfoques. Santiago: Editorial Documentas/ CESOC, 1990. Pp.13-14).