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sistema político

El sistema político chileno se ha caracterizado desde la Independencia por su gran estabilidad, a diferencia de otras naciones de América Latina. Durante el siglo XIX, el paso de un Estado autoritario a uno más democrático y la consiguiente secularización de las instituciones fue el resultado de una lenta evolución política, la que por lo general se orientó por los cauces institucionales.

El proceso de democratización del sistema político se aceleró en el siglo XX, con la emergencia de movimientos sociales obreros y agrupaciones políticas de izquierda. Éstas acabaron por integrarse al sistema político en la década del treinta, otorgando estabilidad a la democracia chilena. A fines de la década del sesenta, la polarización política desestabilizó las instituciones democráticas y derivó en el golpe de Estado de 1973, que instauró la dictadura militar. Tras las elecciones realizadas en 1989, las primeras en 16 años, los nuevos gobiernos democráticos han ido reconstruyendo una tradición institucional que ha hecho de Chile una de las naciones más estables del continente.