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centros con trazados similares a la ciudad de Cuzco

Tarapacá Viejo fue un centro administrativo con un típico planeamiento incaico. Actualmente, la aldea ocupa una superficie aproximada de tres hectáreas sobre las cuales se pueden observar 108 estructuras que conforman grandes kanchas subdivididas en mitades o con trazados interiores de carácter irregular. Entre ellas existen calles perpendiculares organizadas mediante dos caminos longitudinales de cuatro metros de ancho cuya orientación respeta la norma cuzqueña de 60° al noreste. Más de dos tercios de todos los muros poseen doble hilera de piedras trabajadas con relleno de argamasa y fachadas donde es evidente el uso de revoque de barro. Se trata de un complejo urbanístico perteneciente a las últimas poblaciones preincaicas de la quebrada de Tarapacá, remodelado con posterioridad por un patrón Inca - administrativo y otro europeo - español, en el que se recreó el principio relavante y funcional de todos los diseños imperiales en todas las regiones, caracterizado por un plan ortogonal incaico con orientación astronómica.

Tanto las fuentes documentales como los datos arqueológicos confirman la importancia de Tarapacá Viejo durante la hegemonía del Tawantinsuyo y la conquista hispana en la secuencia prehispánica tardía del Norte Grande. Los archivos peninsulares contienen información sobre el manejo ejercido por Tuscasanga, máxima autoridad del valle, quien desplazó mitimaes hacia las tierras bajas y población local hacia otros valles occidentales durante la administración incaica. Algunos cronistas peruanos del siglo XVI y también Jerónimo de Vivar describen a Tarapacá como una provincia Inca y destacan sus riquezas mineras, agrícolas, así como los vínculos sociopolíticos entre las comunidades costeras, serranas y altiplánicas.