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Redes y alianzas de poder

Las investigaciones de las alianzas o redes sociales se han enfocado tradicionalmente al estudio de las familias y sus relaciones como grupo de poder, a través del análisis de sus vínculos de parentesco, amistad, endogamia matrimonial y laboral. Este tipo de trabajos muestran a la elite como una clase dirigente más bien separada del resto de la sociedad.

Un segundo enfoque del estudio de las redes sociales intenta ampliar la investigación de los vínculos de la elite con los demás estratos sociales, particularmente en el establecimiento de clientelas y compadrazgos, lo que permite analizar la conexión de los poderosos con las capas sociales inferiores y enriquece la comprensión del modo en que se ejerce la dominación política y social. A las uniones de sangre se añaden otras que crean obligaciones recíprocas de ayuda y asistencia con las sectores más pobres.

La familia colonial formaba un verdadero clan de redes y alianzas con todos los estratos sociales. Estaba encabezada por un patriarca o jefe de familia e incluía, además del parentesco de sangre, a los sirvientes y aprendices, quienes eran el nexo entre las elites y el resto de la sociedad. Bajo el mayordomo, que en ocasiones llegaba incluso a administrar el patrimonio y ejercer poder, existía toda una jerarquía de empleados, los cuales, al convivir en la casa del señor y por el vínculo de servicio contraído, pasaban a ser parte del núcleo familiar de su patrón. Así, los criados tenían una posición social ambigua ya que, si bien eran pobres y dependían completamente del jefe de familia, escapaban a tal destino al ser asimilados por la casa donde servían incondicionalmente.