Las ideas ilustradas que animaban la Revista de Santiago propendían al bienestar material y espiritual de la sociedad y buscaban preparar el escenario para la organización de un partido liberal capaz de llevar a la práctica el modelo democrático. En función de ello era necesario fomentar el desarrollo del quehacer científico, de una literatura nacional y de un periodismo crítico y contingente, orientado a educar a la sociedad en aras del progreso. De algún modo, estos intereses decantaron en la creación de la Sociedad de la Igualdad en 1850.

Las palabras de Lastarria reflejan esta creencia en la realización de los ideales ilustrados de la revolución independista: "Si no estuviéramos seguros de que la perfección de las sociedades procede del desarrollo simultáneo de las artes i de las ciencias: si no viésemos que su ilustración i el bienestar material por que combaten son un resultado necesario del desenvolvimiento de la inteligencia: si no conociéramos que la prensa es el más formidable i casi unico motor de ese desarrollo intelectual, de ese progreso paralelo en las ciencias i las artes, un periódico literario i científico como el que nos proponemos fundar no seria para nosotros sino una entidad supérflua, mui insignificante, un combatiente de más que, haciendo mucho, no haría otra cosa que alimentar la porfía i entretener la discordia" (Lastarria, J. V. "Prospecto", pp. 5-6).