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El laberinto sin muros

Después de 20 años de silencio poético, Roque Esteban Scarpa publicó El laberinto sin muros (1981), libro que contenía la producción poética de los años 1978 a 1980. Esta obra fue muy elogiada por la crítica, siendo considerado uno de sus mejores libros.

Para Roque Esteban Scarpa la poesía era "el afán de arrancarnos la máscara y quedar con el rostro, con la interioridad desnuda y en el alma viva". Cuando le preguntaban si él se consideraba un poeta, el respondía: "Yo creo que el poeta es un hombre cualquiera que tiene en primer lugar un gran respeto por la palabra. Fundamenta su obra en la palabra, pero la palabra tiene que estar fundamentada en su existencia". El laberinto sin muros, lo dedicó a su amigo Oreste Plath: "A Oreste Plath, por su inmensa generosidad".