Subir

Las llaves invisibles

"En ningún relato se lee a qué hora los personajes hacen sus necesidades o si comen o quién les ayuda en tales casos. Y, ciertamente, no hay ninguna necesidad de escribirlo todo. Se sabe que hay seres que carecen de medios, pero que se alimentan y duermen sin saber cómo ni donde. Este es mi caso. A las horas de costumbre, mi prisión se habría y entraba un mozo vestido de negro con viandas apetecibles: leche, frutas, licores, cigarrillos, etc. Entraba y se marchaba sin hablar palabra alguna y sin mirarme..." Rosamel del Valle.