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La greda vasija

En 1952 Alberto Rubio publicó su primer libro de poemas, La greda vasija. Este primer volumen reunió gran parte de su producción poética escrita hasta esa época. Los críticos nacionales destacaron en estos poemas una voz única, distanciada de los creadores de la Generación Literaria de 1950, a la que perteneció Alberto Rubio. Con sólo 400 ejemplares, impresos por Carmelo Soria, el circuito de recepción de este poemario fue, principalmente, el de escritores, quienes lo catalogaron como la "joven promesa" de la poesía chilena de la época. De este modo, La greda vasija constituyó una auténtica renovación de la poesía, ya que usaba el lenguaje en todas sus posibilidades significativas, eufónicas y plásticas.

El año 2000, se hizo una segunda edición de este libro, dirigida por Mario Rodríguez Fernández. Incluyó un prólogo de Nieves Alonso, "La poesía de Alberto Rubio: el mediodía entero entró con ella", en el que se establecen algunos criterios valorativos de la poesía de Alberto Rubio con los que posicionó estos poemas como un hito en la literatura nacional.

Enrique Lihn, y Pedro Lastra, en su artículo "Alberto Rubio", señalaron: "La greda vasija fue la selección rigurosa del abundante material poético que Rubio manipulaba por esos años, y aparece como su primer libro sin las vacilaciones y torpezas que suelen obligar a otros poetas a sepultar los suyos bajo unas obras completas. Si al escritor joven lo incentivaran sus primeros fracasos, podríamos decir que Rubio no habría tenido incentivos para seguir publicando, porque La greda vasija ocupó inmediatamente el lugar que le siguen reconociendo las antologías y las historias literarias chilenas". (Lihn, Enrique y Lastra, Pedro. "Alberto Rubio", Ocio, Diario de Poesía, julio, 1994, p. 14).