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Trances

Después de más de tres décadas de silencio, Alberto Rubio publicó su segundo poemario, Trances (1987). Los poemas de este volumen conservan una métrica endecasílaba, muchas veces estructuradas en sonetos; pero con un marcado desajuste en la acentuación de los versos provocando un efecto novedoso. Sin embargo, los temas de esta poesía provienen del entorno cotidiano del poeta, con un fino sentido de humor negro. El propio Alberto Rubio al ser consultado por la cantidad de tiempo entre su primer y segundo poemario, respondió: "Es cierto que siempre se espera que un autor cuyo primer libro es exitoso, siga publicando sin cesar. Pero para mí escribir es una aventura personal, un tanteo incesante en la búsqueda de logros auténticos. Me hallaba en esta búsqueda y de pronto, un buen día, advertí que estaba a punto de ser sepultado por todo lo que había escrito. Me decidí, entonces, a publicar. Además. Con ese gesto quise exorcizar el demonio de la 'dejadez criolla'". (Plinio el viejo. "Alberto Rubio", La Tercera, 23 de julio, 1989, p. 15).