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modos de vida

Usualmente, debido a los complejos procesos de excavación y recuperación de evidencias en depósitos profundos, la validez de los sitios paleoindios de mayor antigüedad, así como el modo de vida de los pioneros habitantes de nuestro país, han sido materia de controvertidos debates científicos internacionales relacionados a la veracidad tanto de la información como sobre el tipo de adaptación humana a los paleoambientes donde se hallaban los sitios.

Las teorías de poblamiento en el hemisferio sur han recogido cada uno de los descubrimientos arqueológicos, junto a evidencias genéticas, lingüísticas y geológicas, para apoyar modelos convergentes y, en oportunidades, contradictorios, especialmente cuando se han tratado las rutas continentales de poblamiento y la definición de las "primeras culturas americanas".

Aunque no todos los arqueólogos apoyan el paradigma adaptacionista, el cual plantea básicamente que las poblaciones humanas pleistocénicas debieron simplemente adecuarse a las condiciones ambientales imperantes al término de la era glacial; otros, entre ellos Felipe Bate, sostienen que dicha relación hombre-ambiente fue muchos más simbiótica de lo que se cree. El caso de Monte Verde es un buen ejemplo de esta hipótesis. A partir del año 11.000 a.C. los glaciares se hallaban confinados a las altas cumbres, liberando grandes cadenas de lagos piemontanos, bosques húmedos y praderas verdes con forraje abundante, en donde los grandes herbívoros pudieron alimentarse. Los habitantes de este importante sitio paleoindio nos enseñan que no fue necesario únicamente ocuparse de la caza de grandes presas, sino también del amplio rango de recursos y posibilidades que el medio inmediato y adyacente ofrecía.

En la investigación de nuestro pasado más remoto, los arqueólogos consideran importante conocer y atender el proceso social involucrado en el conocimiento, modificación y adaptación humana a uno o varios paleoambientes. En general, los lugares de asentamiento paleoindios, en cuevas, quebradas o playas de lagos, fueron espacios ecológica y geográficamente conspicuos desde el punto de vista de la variedad de recursos y el relieve circundante. Por lo tanto, el desarrollo de las primeras comunidades humanas que habitaron nuestro territorio actual, sin dudas, supieron y debieron adecuar su tecnología, economía y organización familiar para permanecer y prosperar, adaptación que por lo ya señalado sabemos que fue simbiótica y no unilateral, alterando el hombre su medio y no sólo adaptándose a él. Desde este momento en adelante en su historia, la que en definitiva es el comienzo de nuestra Historia.