Sin duda la oferta fílmica de las primeras décadas del siglo XX era más variada que la actual. No se estilaba dar una sola película continuada durante al menos una semana, sino que las películas cambiaban prácticamente todos los días y en todos los horarios. Si la película resultaba muy popular se la mantenía pero en ciertos días y ciertos horarios (por ejemplo todos los domingo en vermouth), difícilmente todo los días en horario continuado como se hace en la actualidad. Había que ofrecer al espectador productos diferenciados, es decir para la matinée ciertas obras, para la noche otras; para los días de semana unas, para el fin de semana otras. Como señalaba el slogan del Royal Theatre, "cada día un artista de fama y una marca de renombre". Y no se trataba sólo de largometrajes, también variaba el formato. Los espectadores de la primera época podían ver, en una misma sesión, el capítulo de una serie, un documental o noticiero y terminar con el largometraje de fondo.

A modo de ejemplo, reproducimos el programa del Teatro Novedades de Santiago de una semana de octubre de 1918:

Jueves

:: Tarde y noche: Tren de Lujo

Viernes

:: Tarde y noche: Lucha Eterna

Sábado

:: Tarde y noche: Lucha de Corazones

Domingo

:: Matinée: La Señorita Don Quijote (serie)

:: Selecta: La Hija de la Selva

:: Especial : Hundimiento del Lusitania (documental)

:: Noche: Ayer y hoy, o La Bella Dormida en el Bosque