Desde sus primeros números, Selecta se presentó como una revista al servicio del arte, poniendo especial énfasis en la difusión de las obras de los artistas nacionales. Así, los pintores no sólo aparecieron juzgados en estudios bastantes exhaustivos, sino por la reproducción en colores de alguno de sus trabajos.

Con esto, Selecta no sólo logró exhibir el panorama cultural de la época, sino que inauguró la discusión sobre arte al presentar los postulados estéticos del momento. Respecto a ello, Roque Esteban Scarpa, afirma: "La existencia de la revista fomentaría además del reconocimiento de lo consagrado, el ejercicio de las facultades de los nuevos valores" ("Selecta. Una aventura cultural de 70 años", Selecta: revista difusora del arte y la cultura, (1): 2, 1979).

Los propósitos de la revista traspasaron sus primeras intenciones y con el tiempo logró ser un espacio distintivo del sentir nacional. Uno de los mayores méritos de Selecta fue el conseguir reflejar el contexto de aquel período, fue una publicación "donde se unió lo representativo con la selección inteligente de los distintos matices que revelaban la riqueza de una cultura existente, las individualidades como hitos de una historia, afirmando lo nacional, pero comprendido que esta peculiaridad era deudora de una variedad mayor dentro de la civilización y excedía sus fronteras" ("Selecta. Una aventura cultural de 70 años", Selecta: revista difusora del arte y la cultura, (1): 2, 1979).