El cuarto año de circulación fue el más débil de Selecta, no sólo porque la cantidad de páginas por número disminuyó, sino porque además sufrió la ausencia de colaboradores. Por otra parte, se fue alejando de sus propósitos editoriales iniciales, orientándose más hacia lo misceláneo. Además, muchos artículos fueron extraídos de revistas extranjeras para ser traducidos y arreglados por redactores chilenos.

Autores que se mantuvieron desde sus primeros números fueron: Ricardo Richon Brunet, Fernando Santiván, Benjamín Vicuña Subercaseaux, Miguel Luis Rocuant. En este año colaboraron esporádicamente: Domingo Melfi, Félix Nieto del Río, Mariano Latorre, Guillermo Muñoz Medina, Tancredo Pinochet, Francisco Contreras y Jorge Hubner Bezanilla.

En diciembre de 1912, Luis Orrego Luco se despidió de sus lectores: "Antes de concluir esta ligera charla, que será la última, antes de colgar para siempre nuestra pluma de periodista, séanos permitido dirigir una palabra de agradecimiento al público que se ha servido acompañar a Selecta, con su simpatía durante un período de cuatro años, aquí en donde los ministerios viven tres meses.

Llamado a dirigir esta revista, he tratado de dar a Santiago una obra esencialmente artística, acaso una de las mejores que hasta la fecha haya tenido América, gracias a la colaboración de mi amigo el señor Juan Martín, cuyo buen gusto han podido apreciar nuestros lectores, y al contingente literario presentado por escritores como don Rafael Egaña, Carlos Luis Hubner, Inocencio Conchalí, Miguel Luis Rocuant, Benjamín Vicuña Subercaseaux, Nathanael Yáñez Silva, Carlos Silva Vildósola, Antonio Bórquez-Solar, Guillermo Muñoz M., Iris, Sombra y tantas otras ilustres personalidades de nuestro pequeño mundo literario" (Selecta, Año IV, (9): 238-239, diciembre, 1912).