Cora Mayers fue un puntal en el proceso de profesionalización de la enfermería. Jefe del Departamento de Educación Sanitaria, propulsó la Escuela de Enfermeras Sanitarias y, desde 1930, ofició de Directora administrativa de la Escuela de Enfermeras de la Universidad de Chile. Tempranamente reparó en que la formación de las profesionales debía ser funcional a la realidad médico-social del país. Este es el trasfondo de su artículo "El valor social de la enfermera", donde abordó el tipo de enfermera sanitaria que Chile requería. En ese entonces explicó que, considerando que el cuidado sanitario era ya una especialización de los estudios de enfermería, su sub especialización en una materia médica específica era ineficiente para ayudar a las familias pobres en el contexto del programa de salud pública. De preferencia -señalaba-, la enfermera sanitaria se desenvolvía visitando hogares, por eso, la profesional idónea era aquella que daba soluciones integrales al conjunto familiar. De esta manera se evitaba que varias enfermeras intervinieran en una familia donde, simultáneamente, todos sus miembros se hallaran enfermos de una dolencia diferente y en la cual, por añadidura, hubiese que investigar la causa de la inasistencia del niño a la escuela. Esta especialización era más inoperante aún, si la enfermera era la única profesional sanitaria que asistía en una zona rural. La recomendación de Cora Mayers fue señera, porque en los años cuarenta, la formación de enfermeras sanitarias "generalizadas" estaba presente dentro de las preocupaciones de asesores sanitarios internacionales y de enfermeras chilenas de prestigio.