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Senderos

El libro de poemas Senderos (1919) tuvo en general muy buenos comentarios. Excepcionalmente, Hernán del Solar rememoraría después: "recuerdo a Eliodoro Astorquiza, que me vapuleaba sin nombrarme, diciéndome que no quería señalar siquiera el nombre del autor, porque suponía que algo haría más tarde. Naturalmente que estas frases finales, aunque ambiguas y misteriosas, me dejaron muy complacido".

Los poemas reunidos en este libro correspondieron a escritos juveniles del autor, en su mayoría creaciones de su época escolar, tal como se explica en el premio de la obra: "Estamos, lector bondadoso, ante la obra primogénita de un joven escritor. Se trata de poemas subjetivos, simpáticamente delineados, que entrañan emociones vividas bajo los ineludibles tintes románticos propios de una intensa juventud".