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Villarrica

Con sus 2.840 metros de altitud, el volcán Villarrica es uno de los cuatro más activos de Sudamérica. Está compuesto por dos estructuras caldéricas superpuestas, ambas de cráteres de unos seis kilómetros de diámetro. El complejo volcánico tiene además una serie de centros eruptivos adventicios y se le entiende como un volcán de frecuencia eruptiva muy alta, con alto riesgo para las instalaciones turísticas emplazadas en sus pies. Ya en el siglo XVI el Villarrica tuvo varios estallidos, como los de 1558 y 1575, que destruyeron el pequeño asentamiento de Villarrica. Luego fue la erupción de 1640, acompañada por fuertes sismos, y las de 1647 -mismo año del terremoto en Santiago-, 1751 y 1755. En la época republicana la actividad del volcán Villarrica fue muy persistente. Durante el siglo XIX se vivieron cuatro erupciones centrales, es decir, que no involucraron a los centros eruptivos adventicios: las de 1860, 1874, 1876 y 1883. En la primera mitad del siglo XX se registran movimientos entre 1906 y 1908, así como una gran erupción en 1948-49. Esta última provocó una de las peores catástrofes que hayan afectado a la zona, a raíz de una explosión tipo nube volcánica o 'coliflor atómica', el día 18 de octubre. Según Lorenzo Casertano, "de inmediato se produjo el deshielo de las nieves eternas del cono, formándose aludes en todo el contorno del volcán. Las mayores bajaron en el sector norte, que comprende la ciudad de Villarrica y Pucón, por los esteros (o ríos) Voipire, Molco, Loncotraro, Correntoso y Turbio, llegando hasta el lago Villarrica. Otra grande bajó por el lado de Coñaripe, llegando al lago Calafquén. Todas las corrientes de barro arrasaron grandes árboles, enormes troncos y bloques de lava hasta los 10-20 m3 de dimensión, destruyendo bosques, viviendas, caminos y cuantas construcciones encontraron a su paso. En sus recorridos abrieron surcos profundos hasta seis metros y anchos hasta más de cincuenta metros. Los ríos salieron de sus cauces, alcanzando, en algunos puntos, un ancho hasta más de 1 y ½ km. El nivel del lago Villarrica subió en casi un metro. [...] Se perdieron centenares de animales y Carabineros registró la muerte de 23 personas y la desaparición de otras 31" (Casertano, Lorenzo. Actividad del volcán Villarrica en el curso de este siglo. Santiago: Ed. Universitaria, 1964. p. 13).

Todas las erupciones se desarrollaron por el cráter central. La siguiente erupción ocurrió en 1963, con flujos de lava y especialmente flujos de cenizas, afectando a Pucón, Villarrica, Coñaripe y Trancura, entre otras localidades. La erupción del 29 de diciembre 1971, a su vez, ha sido una de las más trágicas en la historia contemporánea del volcán Villarrica, siguiendo similar recorrido a las anteriores: la lava del volcán dejó un total de muertos y desaparecidos que llegó a 15 personas. Treinta millones de metros cúbicos de lava bajaron hacia el lago Calafquén, arrasando todo a su paso. Pequeños asentamientos como Coñaripe, Pocura, Traitraico, Quilentué, Llauquén, Chaillupén y Llanahue sufrieron sus consecuencias y miles de personas fueron evacuadas. La última erupción del Villarrica ocurrió en 1984, cuando el cráter central entró en actividad, calculándose que en dos semanas, el volcán eyectó dos millones de metros cúbicos de lava. Pese a la gravedad de la situación, no hubo víctimas fatales. Recientemente, el volcán Villarrica volvió a erupcionar el año 2015, lo que ocasionó la evacuación de casi 6 mil personas evitando así muertes fatales.