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Deber de urbanidad (2001)

Deber de urbanidad está situado en una ciudad de París construida por el lenguaje. Las citas que abren el volumen se relacionan con la navegación y son de Court de Géblin, Jacques Réda y una divisa inscrita en el escudo de armas de la ciudad. En "In terra Franciae" el hablante lírico se refiere a las piedras de la ciudad que ruedan junto a él como si se tratara de un río embancado. También hay referencias a los puentes, a la Torre Eiffel, al Hotel de la Gare, al cementerio de Pére Lachaise y a la experiencia de la primera nevazón en la capital. Así describe, por ejemplo, las gaviotas sobre el Sena:

Estridentes, blanquísimas, concéntricas,

agolpamientos de vértigo y desorden

como los rumbos de un destino en trizas,

y sin embargo exactas, descifrables, indivisas,

corazonadas con sesgo de promesa que se suman en la altura

a un horizonte de vigía.

(Rojas, Waldo. Deber de urbanidad. Santiago de Chile: Lom, 2001, p. 13)

En la contratapa del libro se señala que en Deber de urbanidad las imágenes "conducen al lector por una ciudad cuyas viejas piedras parecieran dar cita a todo el mundo, una Babel con su enjoyamiento fugitivo, con sus ambigüedades, sus ecos, sus usos jergales, Waldo Rojas nos arroja a ese punto donde el lenguaje se erige en realidad absoluta de lo humano y las palabras de todos los días son ya una mitología de lo real".