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Hombres y fotografía

Presidentes, destacados políticos, artistas, ciudadanos y trabajadores forman parte de este especial dedicado a la imagen del hombre a través de fotografías y láminas publicadas en Memoria Chilena.

Detalle de Mineros del carbón de Lota, 1960. Ignacio Hochhäusler

Detalle de Mineros del carbón de Lota, 1960. Ignacio Hochhäusler

Detalle de Mineros del carbón de Lota, 1960. Ignacio Hochhäusler

Detalle de las manos de Director de orquesta, hacia 1965. Antonio Quintana

Detalle de las manos de Director de orquesta, hacia 1965. Antonio Quintana

Detalle de las manos de Director de orquesta, hacia 1965. Antonio Quintana

Detalle de Campesinos, Cabildo, 1972. Juan Domingo Marinello

Detalle de Campesinos, Cabildo, 1972. Juan Domingo Marinello

Detalle de Campesinos, Cabildo, 1972. Juan Domingo Marinello

Detalle de Trabajores bancarios en la puerta de banco tomado, 1 de mayo de 1971. Armindo Cardoso

Detalle de Trabajores bancarios en la puerta de banco tomado, 1 de mayo de 1971. Armindo Cardoso

Detalle de Trabajores bancarios en la puerta de banco tomado, 1 de mayo de 1971. Armindo Cardoso

Detalle de Retrato de Ernesto Urra, ca. 1955. Alfredo Molina La Hitte

Detalle de Retrato de Ernesto Urra, ca. 1955. Alfredo Molina La Hitte

Detalle de Retrato de Ernesto Urra, ca. 1955. Alfredo Molina La Hitte

Detalle de Trabajadores de la Maestranza de Huachipato, Compañía de Acero del Pacífico, hacia 1960. Luis Ladrón de Guevara

Detalle de Trabajadores de la Maestranza de Huachipato, Compañía de Acero del Pacífico, hacia 1960. Luis Ladrón de Guevara

Detalle de Trabajadores de la Maestranza de Huachipato, Compañía de Acero del Pacífico, hacia 1960. Luis Ladrón de Guevara

La imagen del hombre -durante gran parte de los siglos XIX y XX- se construyó a partir de características que se creían propias de una masculinidad ideal. Ligada al ejercicio del poder, a relaciones de dominación y la virilidad, esta imagen fue entendida como un punto de referencia a partir del cual los sujetos buscaban una problemática identificación.

La historia de la masculinidad, vista a través del prisma de este ideal normativo, es fácilmente comprensible como la historia de la flexibilización de las subjetividades; no se es un solo hombre: "patrón", "huacho", "obrero" o "soldado", es posible ser todos ellos y ninguno exclusivamente. Las masculinidades son resultado de un proceso de constante reconstrucción que va tensionando la idea de una identidad fijada de antemano: se deja de ser un hombre para ser otros tantos hombres.

Tras esta diversidad -estos desvíos del ideal normativo- persiste la imagen de un movimiento, de una salida a las representaciones que la norma engendra; fugas que la fotografía pareciera atestiguar, tanto en el nivel de los sujetos representados como en el de sus poses y vestidos.

La autoridad más o menos severa o amable del retrato presidencial en el trabajo de Jorge Opazo Galindo logra una inflexión en la reciedumbre del héroe político de vanguardia en Armindo Cardoso; la idealización del honor militar retratado en la fotografía de guerra se suaviza en el rostro singular del "Militar chileno" de Kyutaro Tsunekawa; todos estos retratos encuentran su contrapartida en los gestos carismáticos que homogeneízan y a la vez distinguen a cada uno de los artistas fotografiados por Alfredo Molina La Hitte o Hans Ehrmann.

Así también la moda los distingue y señala los espacios sociales a los cuales pertenecen, pero son quizás sus poses las que más claramente demuestren aquella manera particular que la fotografía tiene de presentar las fugas del ideal normativo.

Aunque pueda parecer artificial y enojosa como en la fotografía de estudio de los lanceros mapuche hacia 1890, la pose tiene la capacidad de mostrar las diferentes formas de vivir la masculinidad a través de las imágenes: la sensualidad representada en las facciones finas del hombre joven de Tsunekawa, el retrato del marinero tomado por Opazo, el hombre de torso desnudo fotografiado por Leonora Vicuña o la foto de Pedro Lemebel, registrada por Luis Navarro, travestido, con la bandera del Partido Comunista en la manifestación por el No son ejemplos singulares de este proceso de transformaciones de la masculinidad.

Existe tal vez otro valor de la pose. Además de ofrecer la perspectiva múltiple de las subjetividades, hace posible -como en los casos de las fotografías de campesinos, pescadores y mineros registradas por Antonio Quintana, Ignacio Hochhäusler o Luis Ladrón de Guevara- la suspensión de la labor. La fotografía, al mismo tiempo que cristaliza a esos hombres como trabajadores, los aleja de la jornada laboral permitiéndoles desidentificarse como mera fuerza de trabajo.

Retrato de José Bohr, ca. 1955

José Bohr, 1942

Fotografía