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Angol

Angol se encuentra situada en un extenso y próspero valle a los pies de la cordillera de Nahuelbuta, junto al río Vergara y Rehue, navegable para embarcaciones pequeñas hasta el Biobío y Concepción. La posición estratégica de Angol queda de manifiesto en la primera fundación de la ciudad de "Los Confines" por orden de Pedro de Valdivia en 1553 y en sus siete destrucciones y refundaciones posteriores. Esto indica que Angol fue uno de los parajes claves, donde más encarnizadamente se enfrentaron los araucanos con los españoles. Los Confines de Angol fue abandonado a tres meses de su primera fundación, después de la batalla Tucapel, el 26 de diciembre de 1553, en la que perdió la vida el conquistador Pedro de Valdivia. Por su posición estratégica entre Concepción y La Imperial, en 1555, Pedro Villagra tomó la resolución de repoblar Angol, pero sucumbió frente a los ataques indígenas. Fue repoblado nuevamente en enero de 1559 con el nombre de Los Infantes de Angol, por García Hurtado de Mendoza y tras 41 años de existencia fue destruido en 1600 por los indígenas sublevados luego del desastre de Curalaba. Posteriormente se intentó varias veces su reconstrucción. Se repobló en mayo de 1610 y fue trasladado en dos oportunidades con el nombre de San Luis de Angol, pero los esfuerzos no prosperaron. En 1638 el gobernador Francisco Laso de la Vega la restableció con el nombre de San Francisco de la Vega de Angol. Se ha planteado en algunas obras históricas que la ciudad de Angol fue poblada nuevamente en 1695 por el gobernador Tomás Marín de Poveda. Posiblemente este error repetido se debió a Luis Risopatrón quien en su notable Diccionario Geográfico señaló: "volvió a poblarse en 1695, con la denominación de Santo Tomás de Colgué, pero quedó casi destruida en el alzamiento de 1723 y arrasada del todo en 1766". El historiador de Angol, Víctor Sánchez Aguilera, plantea que no existen antecedentes documentales que permitan afirmar la repoblación de 1695 o la existencia de Angol en 1723. En este contexto, la ciudad arrasada en 1766 fue la que había establecido ese mismo año el gobernador Guill y Gonzaga, en la confluencia de los ríos Malleco y Vergara.

En 1862, en el proceso de incorporación de la Araucanía al Estado nacional, Angol fue refundado por Cornelio Saavedra el 7 de diciembre de 1862. Fue declarada ciudad en 1871 y en 1876 quedó conectada a Santiago por ferrocarril. En pocos años se convirtió en uno de los centros trigueros más importantes del país, con cientos de molinos, faenas agrícolas mecanizadas y miles de carretas transportando el cereal para ser embarcado hacia Concepción. La fundación de otras ciudades de la frontera como Temuco, la prolongación del ferrocarril y la creación de la provincia de Cautín produjeron el desplazamiento de la población hacia el sur. No obstante, en el siglo XX, Angol progresó en términos económicos y culturales; se estableció la Escuela Normal de Preceptoras, el Instituto Agrícola El Vergel, liceos y colegios religiosos. La vida intelectual y artística de la ciudad enriqueció al país pues una característica de Angol es que en sus suelos han nacido varios escritores y artistas ilustres como Pedro de Oña, Antonio Acevedo Hernández, Carlos Silva Vildósola, Diego Dublé Urrutia e Israel Roa.