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Destierros y tinieblas

Publicado en 1963, Destierros y tinieblas, evidencia el deseo del poeta por detener el tiempo y atrapar la vida. A través de estos poemas, el autor declara su calidad de testigo y observador atento del mundo que lo rodea. La angustia, la sensación del pasado irrevocable, la nostalgia de la infancia, la evocación amorosa y la obsesión por el fin último del hombre, son las principales emociones que cruzan este libro; y que se abren, al término del poemario, a los valores cristianos desde una perspectiva existencial.

"Porque ya no sé siquiera si hay amor tras esa puerta, si la luz será amor allí, y si habrá luz y si

habrá espera.

Porque me pudro aquí en la cama, aquí en la calle, aquí en la tibia, hermosa, horrible primavera.

Porque no sé si al escribir me estoy ya deshaciendo, y respiro y trago raíces y palabras, de esas

que también se llevan las tormentas.

Porque sólo me queda un poco de ternura, y esa ya la siento apenas.

Y porque no sé si ahora, en este mismo instante y bajo esta misma tierra, me están haciendo la

pregunta inmensa, esa que todos en la noche esperan".