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Julio comienza en Julio

Silvio Caiozzi fue uno de los pocos cineastas pertenecientes al Nuevo Cine chileno, junto con Carlos Flores, que no se exilió luego del golpe de Estado de 1973, y casi el único que estrenó en los difíciles primeros años de la dictadura. Habiendo iniciado su carrera como director de fotografía (cargo que ocupó en Nadie dijo nada y Palomita Blanca de Raúl Ruiz), estrenó su primer largometraje en el difícil año de 1974, en codirección con Pablo Perelman, A la sombra del sol. Dedicado principalmente a la publicidad, Caiozzi encara en 1976 la filmación de Julio Comienza en Julio, que logrará estrenar sólo en 1979. La historia gira en torno a la relación entre un adolescente y una prostituta, ambientado en un fondo histórico en donde se advierte una crítica social a la realidad del latifundio y su cultura de dominación social. El gran esfuerzo de ambientación escénica, que caracterizarán al cine de Caiozzi, fue recompensado con gran asistencia de público y algunos reconocimientos internacionales como el primer premio en el Festival Iberoamericano de Huelva de 1979 y su inclusión en la Quincena de Realizadores de Cannes del mismo año. En 1999 fue elegida como "mejor película del siglo" en Chile, luego de una votación organizada por la Municipalidad de Santiago.