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Narradores

Seis novelas claves, tres antologías fundamentales y un Proceso a la literatura chilena, fueron las contribuciones de la Generación Literaria de 1950 a la narrativa nacional. Entre las novelas encontramos: Daniel y los leones dorados de José Manuel Vergara, Coronación de José Donoso, El cepo de Jaime Laso, Islas en la ciudad de María Elena Gertner, El huésped de Margarita Aguirre y Para subir al cielo de Enrique Lafourcade.

En términos generales, las novelas de la Generación Literaria de 1950, presentan una marcada conciencia tanto del problema del tiempo, como del de la existencia; en consideración de esto evidencian como rasgos determinantes: la angustia (conducente al suicidio o a la huida), la soledad como único medio de reafirmación de ser, la libertad como reacción al determinismo y por último, el tiempo, como delimitador de la existencia humana.

Las tres antologías fundamentales de su narrativa son: La difícil juventud de Claudio Giaconi, La antología del nuevo cuento chileno y Cuentos de la Generación del 50, ambas de Enrique Lafourcade.

La antología del nuevo cuento chileno, publicada por Enrique Lafourcade en 1954, incluye 24 autores y 30 cuentos, entre los que se encuentran: "El nieto" de Margarita Aguirre; "Dos niños" de Fernando Balmaceda; "Pesadilla" de Guillermo Blanco; "En la gavia" de Armando Cassígoli; "China" de José Donoso; "Naufragio" de Alfonso Echeverría; "La herida" y "Los pescados" de Jorge Edwards; "Flor de ceibo" y "Diamantino" de Félix Emerich; "Caída de un ángel" de Mario Espinosa; "El ángel muerde sus cadenas" y "Otra vez la primavera" de Pablo García; "Niñita" de María Elena Gertner; "La mujer, el viejo y los trofeos" y "Aquí no ha pasado nada" de Claudio Giaconi; "Curuninas de fuego" de César Ricardo Guerra; "Margarita María" de Yolanda Gutiérrez; "La calle" de Eugenio Guzmán; "La novena luna" y "El cuerpo restante" de Luis Alberto Heiremans; "Rosita" de Pilar Larraín; "La pierna perdida" de Jaime Laso; "El hombre y su sueño" de Enrique Lihn; "¿Recuerdas?" de Enrique Moletto; "Las flores, el jardín y los perros" de Gloria Montaldo; "Los compadres" de Alberto Rubio y "Una historia de pesca" de Eugenia Sanhueza.

La difícil juventud de Claudio Giaconi, es una antología que, articulada en torno a once relatos cuyo tema central es la desilusión, evidencia el temple de ánimo y las temáticas recurrentes en los miembros de esta generación. Incluye los siguientes relatos del autor: "Aquí no ha pasado nada", "Amadeo", "La muerte de un pintor", "Ojo de vidrio", "La mujer, el viejo y los trofeos", "El conferenciante", "Paseo", "En un vagón de tercera", "Desde la ventana", "Bruto" y "Estudio de una sospecha".

Polémicamente recibido por la crítica Cuentos de la Generación del 50, incluye 17 relatos: "Los muertos de la plaza" de Margarita Aguirre; "Adiós a Ruibarbo" de Guillermo Blanco; "Un recital" de Armando Cassígoli; "H.M" de Mario Espinosa; "Extraña es tu noche, Josué" de Pablo García; "Un juego de salón" de María Elena Gertner; "Miguelito" de Luis Alberto Heiremans; "Zipel Brum" de Alejandro Jodorowsky; "La muerte del poeta" de Enrique Lafourcade; "El hombre que no supo decir no" de Jaime Laso; "Agua de arroz" de Enrique Lihn; "El testamento" de Enrique Moletto; "El macfarlan" de Herbert Müller; "El juego de papel" de Waldo Villa; "Primera muerte" de José Zañartu; "La puerta cerrada" de José Donoso y "A la deriva" de Jorge Edwards.

El "Proceso a la Literatura Chilena" tuvo lugar entre el 18 y el 22 de enero de 1960 en Valparaíso. Tuvo como fiscal a José Manuel Vergara (novelista integrante de la Generación del 50), como abogado defensor al crítico Raúl Silva Castro y como relator al profesor de la Universidad de Chile e integrante de la Generación del 50, Ricardo Benavides. Claudio Solar (crítico e integrante de la Generación del 50) se desempeñó como testigo de los demandantes, en tanto que Marta Brunet y Alberto Romero lo fueron de los demandados. El tribunal estuvo integrado por: Sergio Fuenzalida Puelma, María Flora Yáñez, Hernán Poblete, Alicia Rodríguez, Julio Barrenechea, Virginia García Lyon, Octavio Tinsly, Javier Vergara, Máximo Cardemil y Luis Droguet.

Los cinco cargos señalados por José Manuel Vergara fueron:

"1. En primer lugar acuso a la Literatura Chilena por haber contribuido a la borrosidad de nuestra fisonomía psicológica.

2. En segundo lugar acuso a la Literatura Chilena por haber contribuido a nuestra desorientación por no haber cumplido con su deber de diferenciar con claridad nuestros comienzos ni señalarnos una meta unívoca.

3. En tercer lugar acuso a la Literatura Chilena de habernos dejado mudos ante el concierto universal de voces peculiares de cada pueblo.

4. En cuarto lugar acuso a la Literatura Chilena de no habernos entregado héroes capaces de vitalizar nuestra voluntad y encumbrar nuestras imaginaciones.

5. En quinto lugar acuso a la Literatura Chilena de contribuir a la vigencia de una sobreestimulación de nueva literatura sirviendo más a los autores que al público, encerrando a los primeros en una suerte de invernadero literario en que las obras nacionales crecen desmesuradamente a costa de la capacidad de resistir la crítica comparativa del orden universal".

Luego de alegatos y consideraciones de ambas partes, el tribunal resolvió:

1. Rechazar la cuestión previa formulada por la defensa en orden a declarar mal entablada la acusación en contra de la Literatura Chilena, en cuanto ente moral.

2. Aceptar el cargo cuarto del libelo acusatorio por estar ambas partes de acuerdo en su procedencia.

3. Absolver a la acusada, la Literatura Chilena, de los cargos primero, segundo, tercero y quinto de la acusación fiscal".

Para mayor información, revisar:

Godoy Gallardo, Eduardo. La Generación del 50 en Chile: historia de un movimiento literario. 1a. ed. Santiago: La Noria, 1991. 389 p.