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Alhué

Los años en Talagante inspiraron la segunda novela del autor: Alhué. Optó por este nombre, porque consideró que su significado, "morada de las ánimas", reflejaba perfectamente la vida en provincia: anodina, indefinida y lenta.

Muchos críticos opinaron que esta novela era un relato autobiográfico, porque mostraba sus vivencias en el pueblito campesino de Talagante. Por su parte, González Vera comparó su Alhué con la república del Bidasoa de Pío Baroja: "Alhué, debo reconocerlo, era un pueblo con individualidad. Pocas moscas, un sólo fraile y ningún carabinero. Casi reunía las condiciones deseadas por Baroja para su república del Bidasoa" (Alhué: estampas de una aldea. Santiago: s.n., 1928, p. 105).

La recepción de esta novela no fue más auspiciosa que Vidas mínimas, sin embargo eso no desalentó al autor, quien con su inconfundible humor señaló: "De Alhué alcancé a obsequiar sólo cuatrocientos ejemplares, porque los lectores, llenos de sentimientos generosos, agotaron el resto de la edición en no menos de doce años" (Alhué: estampas de una aldea. Santiago: s.n., 1928, p. 12).