Junto con ser reconocido como uno de los gestores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso, el escultor Claudio Girola Iommi es también considerado como uno de los impulsores de la renovación de la plástica latinoamericana. Nacido en la ciudad de Rosario, Argentina, se formó en la Escuela Preparatoria de Bellas Artes Manuel Belgrano y en la Academia Nacional de Bellas Artes de la capital trasandina, institución de la cual se retiró en 1943, al cabo de tres años de estudio, manifestándose en contra de la orientación estética del plantel.

Junto a ilustres nombres de la escena plástica argentina, como Alfredo Hlito y Tomás Maldonado, formó parte del Grupo Arte Concreto-Invención, con quienes adoptó un lenguaje visual que abogó por la autonomía de los elementos propios de la práctica artística, en tensión con la tradición del arte figurativo. Hacia 1952 se radicó en Chile, donde se integró al cuerpo académico de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Su experiencia como artista la volcó de forma paralela a su quehacer docente, enseñando y exponiendo hasta su fallecimiento en el mes de octubre de 1994.

Sus restos descansan en el Cementerio de la Ciudad Abierta.