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Trajes de novia

Los trajes de novia, en general, no se diferenciaron mucho de la moda de cada período durante los siglos XVIII y XIX. Junto con el cambio de siglo los matrimonios comenzaron a ser públicos, ocasiones sociales que se anunciaban en las páginas de diarios y revistas. Como consecuencia de este cambio, los trajes de novia se hicieron más ostentosos en los estilos y con un mayor énfasis en los adornos. A principios del siglo XX, se siguió la moda del momento para confeccionar los trajes de novia y se emplearon telas livianas como la muselina y los tules que reemplazaron las sedas pesadas y los terciopelos. Después de la Primera Guerra Mundial, los vestidos se acortaron y las colas se angostaron y alargaron. Se hicieron muy populares los adornos con lentejuelas, mostacillas, perlas y telas de plata y se utilizaron mucho las pieles. Recién entrando en la década del 30 los trajes de novia comenzaron a diferenciarse de la moda del período.