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Maestros de capilla

El maestro de coro, maestro de capilla o Kapellmeister fue una institución fundamental dentro de la historia de la música en Occidente, especialmente dentro del campo de la música religiosa y cortesana, a partir del renacimiento. Su presencia se debe a la existencia de las primeras capillas de música europeas, que requerían de una dirección diestra tanto en lo administrativo, como en lo artístico y lo pedagógico. Para asumir estas actividades existía el maestro de capilla, cuya función era dirigir la capilla musical, o conjunto de músicos al servicio de un soberano o una iglesia. El maestro debía ejercer como director de orquesta (dirigir a los músicos mientras tocan), demostrar habilidades como intérprete de algún instrumento (especialmente órgano o clavecín, instrumentos armónicos), debía saber cantar (en grupo y como solista) y, además, estar capacitado para enseñar el canto eclesial (canto llano) y el contrapunto. Pero, por sobretodo, el Kapellmeister debía componer la música para las distintas fechas del calendario litúrgico y actividades profanas, lo que le exigía gran trabajo semana a semana.

En el caso de Chile, recién el año 1725 son formalmente iniciadas las actividades del maestro de capilla de la catedral de Santiago, por orden del Cabildo eclesiástico. Desde ese momento y hasta el siglo XIX, existe sólo documentación parcial acerca de quiénes fueron los máximos regentes de la capilla musical de la catedral de Santiago. Sin embargo, se sabe que el primer maestro de capilla fue Madux (mercedario llegado hacia 1749), a quien sucedieron: Fray Cristóbal de Ajuria (franciscano, llegó a Chile en 1750), José de Campderrós (1793-ca.1811), José Antonio González (1803-1840), Manuel Salas Castillo (interino, 1833 y 1840), Henry Lanza (1840-1846), José Bernardo Alzedo (1846-1864), José Zapiola (1864-1874), Tulio Eduardo Hempel (1874-1882) y Manuel Arrieta (1882-1894).

De todas estas figuras, la más destacada por la historiografía de la música colonial es la de José de Campderrós, nacido en Barcelona. Previo a asumir el cargo de maestro de capilla en Santiago de Chile, Campderrós había ejercido el mismo cargo en Lima, asimismo se había desempeñado como director del coro, razón por la cual trajo consigo partituras de compositores del Perú que hoy forman parte del archivo catedralicio. En este archivo se conservan de este compositor, actualmente, más de 80 obras, de las cuales 60 son religiosas o sacras y, el resto, profanas.

Debe hacerse notar que, producto del trabajo de revisión de archivos y fuentes bibliográficas, la investigación musicológica e histórica sobre música colonial en Chile e Iberoamérica ha comenzado a arrojar nuevas luces sobre la vida de estos desconocidos artistas nacionales. Por este motivo, en el caso de Chile, muchas de las fechas que remiten a la presencia, actividad y muerte de los distintos compositores no son precisas. Según han comenzado a demostrar en sus últimas investigaciones el joven musicólogo chileno, Alejandro Vera, las fechas que hablan de la vida de Madux, Campderrós y Ajuria son espurias y deben ser relativizadas, hasta que nuevos trabajos aclaren estas dudas.