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Nirvana, Mi otro yo

"Los que pretenden encauzar la corriente; los que no ven en ella, sino el camino andante de sus embarcaciones, no podrán comprender que otros, acodados sobre el parapeto, la dejemos correr bajo el puente y dejemos que arrastre, con la refracción de las estrellas o la sombra de las nubes, el obscuro reflejo de nuestras divagaciones. Pretensión temeraria: Yo desearía que alguien, que algunos, sin pensar en nada, sintieran deslizarse las imágenes sin rumbo de este libro, así, como agua que pasa. D'Halmar" en Portada interior de Nirvana.

Nirvana y Mi otro yo, son protagonizadas por Zahir, un joven egipcio a quien D'Halmar aparentemente conoció en su visita a las Pirámides. La naturaleza real o mítica de Zahir ha sido largamente cuestionada, de ser real, se trató de un muchacho de numerosas cualidades ("guía, enfermero, ratero y prestidigitador" según palabras del propio autor) que lo acompañó en una travesía por el Mar Rojo y el Océano Indico y que lo cuidó en Calcuta cuando padeció una grave enfermedad. Más tarde también viajó con él a Turquía, Grecia, Italia y Francia. Lo curioso es que durante estos viajes D'Halmar viajó también acompañado del pintor Rafael Valdés.

"Esa noche volví con mis provisiones, y cuando Zahir se adelantó para descalzarse, le encargué no olvidarse de disponerlas en nuestra pequeña sala. Aquel efebo, permanecía prosternado a mis pies, como gozándose en prolongar su sumisión; su figura noble y fina, estaba hecha para la plegaria y alcanzaba una infinita, silenciosa belleza, en el cuadro bizantino que nos rodeaba". (Nirvana, p.24)