Subir

Cine palacios

Los "cines palacio" comenzaron a surgir en Chile en la década de 1920. Todo en ellos era monumental: sus tamaños (algunos podían albergar hasta casi tres mil espectadores), sus conchas acústicas, sus elegantes foyers, sus estilos arquitectónicos importados de Europa y Estados Unidos, en los cuales se mezclaban el art déco, neoclásico, beaux arts, barroco.

El Teatro Esmeralda fue el primero en su tipo, y durante mucho tiempo el teatro más grande de Chile. Inaugurado en 1922 por la empresa de Aurelio Valenzuela, tenía una capacidad de 2.600 espectadores, divididos en cuatro zonas: palcos, platea, balcón y galería. Se ubicaba en calle San Diego 1025, al llegar a Avenida Matta. Para su inauguración se invitó al presidente Arturo Alessandri y se contó con la música de acompañamiento de una orquesta de 8 integrantes, conducidos por el maestro Félix Gómez. Ese día, el 31 de marzo de 1922 se presentó el siguiente programa:

1) Match de box entre Becket y MacCormick

2) Película de la construcción del Esmeralda

3) Corazón de valiente por William Hart y Catalina MacDonald

4) Chaplin Atorrante.

La entrada más cara (palco) costó seis pesos, mientras que la galería 40 centavos. Sin embargo este teatro tendría una breve primera vida: a fines de la década de 1920 fue consumido por un incendio. Posteriormente fue reconstruido, pero con dimensiones menores.

Otros "palacios" le siguieron:

:: Teatro Carrera (1926) ubicado en la Alameda en el barrio Concha y Toro, con capacidad para 1.500 espectadores.

:: Teatro Nacional (1929) ubicado en el barrio Independencia, con 2.250 butacas.

:: Teatro Real (1930) en calle Compañía, con capacidad para 1.600 personas

:: Teatro Baquedano (1931) en la plaza Baquedano, apto para 2.300 asistentes

:: Teatro Central (1933) en Huérfanos con Ahumada, con 1.250 butacas.

Es interesante notar el cambio arquitectónico de estos años. Las primeras salas nombradas presentaban estructuras clásicas de teatro (disposición semi-circular de las butacas, palcos laterales, gran escenario, profusa decoración, etc.), mientras que los últimos presentaban una arquitectura que sería más propia de los cines, en donde las butacas miraban hacia la pantalla rectamente, sin mucha ornamentación que distraiga la vista.