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Viaje del alba a la noche

Estimulado por la favorable recepción de su primer poemario Camino en el Alba, aparecido en 1938, Óscar Castro decide publicar su segundo volumen de poemas, Viaje del alba a la noche, en 1940. Esta obra profundiza los temas campesinos que reflejara su primer libro. De este modo los árboles, el agua, las colinas, los hombres que habitan este paisaje, le sirven de tema para la construcción de cada uno de sus poemas. Gonzalo Drago, amigo y conocedor de la obra de Castro, se refiere a este libro diciendo: "En Viaje del alba a la noche, Castro se nos revela como un hombre apegado a la tierra, como un hijo a las entrañas de su madre, cantándola con un fervor casi místico, con una adhesión de auténtico campesino, vaciando en sus estrofas el cariño que circulaba junto con su sangre en el caliente cauce de sus venas. Su hondura metafórica alcanza en los poemas de este libro el equilibrio perfecto entre la emoción, el metro, la rima, la imagen y la parábola. No hay nada cerebral en sus poemas. Todo es emoción contenida de hombre maravillosos frente al espectáculo del mundo que lo rodea".