Memoria Chilena, los invita a realizar un recorrido por el teatro chileno, para conmemorar el Día Nacional del Teatro, establecido el 11 de mayo en recuerdo del director teatral Andrés Pérez.

Este viaje se inicia en la década de 1930 con la renovación institucional del teatro nacional, bajo el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, y en 1940 con el desarrollo del Teatro Experimental de la Universidad de Chile y el Teatro de Ensayo de la Universidad Católica.

En las décadas siguientes surgieron otros grupos teatrales universitarios como el Teatro de la Universidad Técnica del Estado (TEKNOS), en 1958; el Teatro de la Universidad de Antofagasta, en 1962 y Teatro de la Universidad de Concepción (TUC) en 1945.

En la década de los 70, se produce un renacimiento del teatro nacional durante el gobierno de la Unidad Popular con la aparición de varias compañías como Ictus y Aleph. En 1973 esta realidad cambió, produciéndose una fractura en el desarrollo de la actividad teatral nacional, hasta casi anularse completamente durante el primer año del régimen militar.

Hacia 1975, comenzó a articularse un incipiente movimiento de teatro independiente que buscó rescatar una expresión nacional y popular, surgiendo compañías como: Imagen, Teatro del Ángel, La Feria, entre otras. Sus temas y problemas eran las relaciones humanas, el trabajo, la crisis económica y la violencia, a través de un lenguaje indirecto, pleno de sugerencias y cargado de humor negro.
Si bien este período se caracterizó por la creación colectiva, también destacaron algunos dramaturgos, como Juan Radrigrán, en Chile y Jorge Díaz, en el exilio.

En la década de los 80, el teatro nacional desarrolló una intensa actividad en distintas regiones del país y con una importante acogida del público, sumándose a esto la experiencia de artistas que regresaban del exilio: Andrés Pérez y el Gran Circo Teatro, Ramón Griffero y el Troley, Mauricio Celedón y el Teatro del Silencio, Alfredo Castro y Teatro de la Memoria y La Troppa, entre varios otros.