Salir de vacaciones, hacia fines del siglo XIX, era una costumbre de los grupos dirigentes, quienes durante los meses de enero y febrero iban a los balnearios del Litoral Central como Viña del Mar, Cartagena y Papudo, Zapallar, Cachagua, Pichilemu y también a los baños termales que existían en Chile.

Hacia principios del siglo XX, y entendido como un acto de caridad hacia los más necesitados, un grupo de miembros de la élite encabezados por Domingo Villalobos organizaron la primera colonia escolar de vacaciones en Chile en el año 1905. La iniciativa, inspirada en el pensamiento eugenésico, ofrecía la oportunidad a niños de pasar algunas semanas en la costa para que desarrollaran un sistema de salud y nutricional apto para las necesidades de sus organismos.

La llegada del automóvil y el afianzamiento de la red ferroviaria en el país permitieron la disminución en los tiempos de viajes a los destinos. El Ferrocarril Trasandino, que fue inaugurado en el mes de abril de 1910, se convirtió en una vía de conexión entre las ciudades de Los Andes y Mendoza con el resto de Argentina y permitió un tránsito continuo de turistas extranjeros.

Para promover la visita a los destinos vacacionales se comenzó a fomentar el turismo. La Sociedad Nacional de Fomento del Turismo, creada el año 1917, fue un organismo encargado de esto mediante la publicación de guías de viajes con datos de interés para el viajero. El Estado comenzó a desarrollar la difusión turística desde 1927, año en que fundó la sección de Turismo del Ministerio de Fomento, que buscaba fomentarlo mediante la capacitación, la mejora de los sistemas de transportes y la construcción de hoteles.

El impacto de la Gran Depresión y la crisis de la industria salitrera motivaron una demanda social que buscó regularizar las condiciones laborales. Es en este contexto se aprobó el Código del Trabajo en 1931, bajo el mandato de Carlos Ibáñez del Campo, el cual estableció el derecho legal de las vacaciones con goce de sueldo a todos los trabajadores en Chile. Todo esto se hizo bajo una concepción de salud centrada en la medicina social, centrada fundamentalmente en la prevención de las enfermedades.

Los cambios legales reseñados provocaron transformaciones en los rituales de veraneo tanto en los lugares de veraneo como la moda estival. Un ejemplo de aquello es lo sucedido en balnearios como Cartagena, en el cual a partir de la década de los años ´30 comenzó a recibir paulatinamente a personas de sectores populares que vacacionaban por primera vez.

En esta misma época, el Estado inició una política de fomento al turismo a través de la Empresa de Ferrocarriles del Estado y en particular con la publicación de su revista En Viaje.

Durante la década de los años 60 se inició el boom de las vacaciones en la playa. De esta manera el turismo nacional se instaló como una forma de vacaciones, para lo que se creó la Dirección de Turismo y los Consejos Regionales de Turismo. De este fenómeno se hace eco en 1966 el diario El Mercurio cuando funda la revista Domingo en Viaje, en dónde se aborda el turismo tanto en formato de crónicas como de notas periodísticas. Asimismo, en 1967 se inaugura el Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez, con el que se comienza a fomentar el turismo de los chilenos hacia otros países. Asimismo, en 1975 se crea el Servicio Nacional de Turismo, Sernatur, con el propósito de investigar, planificar y también fomentar la actividad turística a lo largo del territorio nacional.

Hacia la década de 1980 Reñaca se transforma en el balneario predilecto de jóvenes santiaguinos y turistas argentinos, al mismo tiempo que comienzan a surgir las vacaciones en el exterior, donde los destinos preferidos fueron Miami y México.