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Las alianzas políticas y facciones socialistas

Tras su frustrada y problemática participación en el Frente Popular, durante la segunda mitad del siglo XX el Partido Socialista propició diferentes alianzas políticas de centro-izquierda. En dichas coaliciones lideró los procesos a través de la definición de los programas de acción, candidaturas parlamentarias y su actuar en el Congreso, candidaturas presidenciales y políticas generales sobre la estrategia y programa de la izquierda nacional.

Una de estas experiencias fue la Falange Radical Agrario Socialista (FRAS, 1948-1950) que intentó unir a colectividades políticas de diversa índole en oposición al gobierno de Gabriel González Videla (1898-1980), debido a su mal manejo económico y social del país y a la fuerte represión que ejerció sobre la izquierda nacional, en específico sobre el Partido Comunista. La particularidad de esa agrupación fue su heterogeneidad, ya que estuvo compuesta por el Partido Socialista representante de la izquierda, el centro político representado por la Falange Nacional -posteriormente Partido Democratacristiano- y el Partido Radical Democrático, y el Partido Agrario Laborista de carácter nacionalista y de extrema derecha. Esas mismas diferencias ideológicas provocaron que esta alianza sólo sobreviviera a los últimos años de gobierno de Videla, entre 1948 y 1951.

Ante la necesidad de enfrentar un posible nuevo gobierno populista y autoritario de Carlos Ibáñez del Campo (1877-1960), el Partido Socialista buscó conformar una nueva coalición, lo que no estuvo exento de problemas, ya que, desde la disolución del Frente Popular, que abrió un ciclo de crisis y atomización en la izquierda chilena, el socialismo se había dividido en diferentes facciones en el periodo que va de 1940 a 1960. Aparecieron en ese periodo el Partido Socialista de los Trabajadores (1940-1944), liderado por César Godoy Urrutia (1901-1985) y el Partido Socialista Auténtico (1943-1949), liderado por el propio Marmaduke Grove tras su salida del PSCH.

Posteriormente, se formó la facción liderada por Salvador Allende Gossens (1908-1973) y Eugenio González Rojas (1903-1986), quienes se mostraron contrarios a la Ley de Defensa Permanente de la Democracia, propusieron mantener la alianza con sectores de centro y formaron el Partido Socialista Popular (1948-1957); también el grupo liderado por Raúl Ampuero Díaz (1917-1996) y su doctrina de no alianza y acción socialista autónoma; y los "grovistas", que buscaron un retorno a las doctrinas socialistas revolucionarias y de movimientos nacionales de masas, ideas originarias del Partido Socialista de Chile. Sin embargo, estos últimos fueron acusados por el Partido Comunistas y otras fuerzas revolucionarias de apoyar a Ibáñez y al "ibañismo", caracterizado por su admiración y cercanía con Juan Domingo Perón (1895-1974) en Argentina.

Todo lo anterior decantó en el liderazgo de Vasco Valdebenito (1907-1984) y Armando Mallet (1915-1957) y su política de reunificación del partido y de acercamiento a las fuerzas de izquierda, entre quienes primó la idea de re-articular las alianzas con el Partido Comunista. Sin embargo, los intentos de unificación quedaron entrampados debido a la decisión del Partido Socialista Popular de insistir en apoyar la candidatura de Ibáñez a la presidencia. Los grupos escindidos del Partido Socialista Popular, contrarios al apoyo a Ibáñez, retornaron a las filas del Partido Socialista de Chile y encabezaron el proceso de reunificación y de alianzas, que dejó atrás la era fundacióanl del partido liderada por Grove, Schnake y Matte, quienes fueron reemplazados por una nueva generación de dirigentes, identificados mayormente con el marxismo y la idea de la construcción de un partido único clasista y de un frente de trabajadores revolucionarios. Así nació el Frente Nacional del Pueblo, a partir del restablecimiento de las relaciones del Partido Socialista con el Partido Comunista (Jans, Sebastián. El desarrollo de las ideas socialistas en Chile. Santiago: Editorial no identificada, 1984, p. 265-270).

Pese a su corta duración, entre 1951 y 1955, este nuevo Frente logró consolidar una política eleccionaria y de oposición al gobierno de Ibáñez, que se tradujo con posterioridad en la integración de los partidos Democrático del Pueblo, Radical Doctrinario y Socialista Popular, conformándose así una nueva alianza: el Frente de Acción Popular (FRAP, 1956-1969).

Al formarse el FRAP, se enfrentaron nuevamente dos grandes visiones políticas. Una de estas era la tesis "(…) del "frente amplio", una coalición que agrupara a los partidos de izquierda, al Partido Radical y la Falange, denominadas por sus sostenedores como "fuerzas por los cambios de contenido democrático y antiimperialista". Esa línea era defendida por los comunistas. La tesis opuesta fue patrocinada por los socialistas. Consistía en formar una coalición de "partidos obreros" con exclusión del radicalismo, entonces principal fuerza electoral del país y de la Falange. Finalmente se impuso la fórmula de la coalición estrecha de "partidos populares". Pero en su definición programática el Frente adoptó una plataforma de cambios de naturaleza democrática y antiimperialista" (Moulian, Tomás. Fracturas. De Pedro Aguirre Cerda a Salvador Allende (1938-1973). Santiago: LOM, 2006, p. 176).

El FRAP se mantuvo vigente como coalición político-electoral durante casi dos décadas, posicionándose como la agrupación de izquierda más estable desde la crisis institucional abierta en 1924. Sin embargo, la alianza tuvo que sortear diversos problemas ideológico-programáticos cada vez que se acercaban elecciones parlamentarias o presidenciales, esto, debido a que las nuevas políticas discutidas por el Partido Comunista, que apelaban a la integración de parte de la burguesía nacional en el proyecto de cambios estructurales, chocó con la idea de revolución de ciertos grupos del Partido Socialista, que se plantearon mucho más extremos y tendientes a discutir la idea de la revolución armada, posición que se agudizó tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, que a abrió la posibilidad de una vía distinta para lograr el derrocamiento de la oligarquía nacional y el capitalismo imperialista.

El FRAP posicionó sus ideas y programa a través de su asociación con el sindicalismo y el campesinado politizado, teniendo relaciones cambiantes, tensas y de acercamiento con la Central Única de Trabajadores (CUT), liderada por el político, sindicalista social-cristiano y libertario Clotario Blest Riffo (1899- 1990). La crisis económica de la década de 1950 fortaleció esos lazos políticos entre los partidos de izquierda y las organizaciones obreras y campesinas, así como también con el movimiento de pobladores que se fortaleció en Santiago y otras ciudades, debido a los procesos de migración por la búsqueda de empleos. Esto fue denominado por el propio Partido Socialista y sus teóricos como el "Frente de Trabajadores".

Además, el FRAP presentó como candidato presidencial en dos ocasiones (1958 y 1964) a quien había sido también candidato del Frente Nacional del Pueblo, Salvador Allende, aunque sin poder ganar ninguna de esas elecciones. Estas alianzas políticas permitieron el desarrollo de un programa común, la unificación de criterios y la experiencia necesaria para la conformación de otra coalición de centro-izquierda que terminaría por llevar a Allende a la presidencia, es decir, la conformación en 1969 de la Unidad Popular (1969-1973).