Su curiosidad por el ámbito científico empezó con las primeras clases de Física dictadas por el profesor Ziegler, en el Instituto Nacional. Además, siempre sintió gran pasión por los libros de Julio Verne. Posteriormente, al comenzar a estudiar ingeniería se interesó por las matemáticas y las ciencias, convirtiéndose en un estudioso de dichas áreas científicas. Por otro lado, no olvidó nunca su interés por las letras, por lo que paulatinamente se interesó por la literatura científica, en la que alcanzó decisivamente el fuero de primer escritor nacional en tal disciplina.

Al contrario de muchas personas, Aldunate Phillips nunca creyó que la profesión de ingeniero producía alguna deformación intelectual: "No lo creo y, por el contrario, el estudio y el ejercicio de la ingeniería proporcionan una sistematización y ordenación mental que facilita el enfoque y la resolución de muchos problemas" (Mario Espinosa. "Hablemos más de mi", La Nación, 26 de abril, 1959).

De esa manera, se dedicó a la escritura del ensayo de tendencia científica y filosófica, definiéndose a sí mismo como un cultor del humanismo científico. Sus libros tuvieron buena recepción, hecho que lo mantuvo siempre muy satisfecho: "He tenido suerte de que mis ensayos hayan sido favorablemente acogido por los lectores que, además de agotar sus ediciones, me han hecho llegar su aliento de mil maneras" (Mario Espinosa. "Hablemos más de mi", La Nación, 26 de abril, 1959).

Por otro lado, ejerció como profesor de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Asimismo, obtuvo el puesto de miembro honorario de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile. Además, obtuvo algunas distinciones en este ámbito: el premio Braden Cooper Company, 1957, debido a su labor destacada en la aplicación y difusión de los principios y técnicas de la administración racional. También, fue candidato al premio Kalinga (India) que destacaba a los principales vulgarizadores de la ciencia y tenía por objetivo estrechar los vínculos entre la India y los científicos de todas las naciones.

Andrés Sabella, teórico y escritor, supo muy bien describir a Arturo Aldunate: "reúne en su personalidad dos poderosas fuerzas; las del infinito matemático y las del infinito poético; de tal profunda raíz le nacen sus libros, resplandecientes de garbo e ideas, aquello tan difícil de hallar en los nuestros" ("La Quinta Dimensión de Arturo Aldunate Phillips", El Mercurio).