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Era una sirena

Arturo Aldunate Phillips escribió la mayoría de los poemas que integran este libro en 1919, sin embargo muchos de ellos los quemó porque sintió verguenza de ellos. Dos años después, publicó esta obra de juventud bajo el sello de la Editorial Universitaria.

En el prólogo del libro, Julio Vicuña Cifuentes, destacó la iniciación del autor en el mundo de las letras: "Arturo Aldunate Phillips es uno de estos muchachos. A pesar de no haber frecuentado las capillas literarias, en que el entusiasmo se despierta por comunicación recíproca, le he sentido con vehemencia y sinceridad que demuestran las mejores páginas de este libro. Porque este libro es, ante todo, obra de entusiasmo y de juventud, de indecisión y de ensueño, en el que sólo hay unas cosas concreta: el amor del poeta por la 'amada', por una amada que desde luego presentimos real".